Ni rosas ni rojas. No quiero flores ni chocolates. Tampoco
quiero cenas pagadas ni regalos que me compren. Lo único que yo quiero es que
sea de verdad, de los que merecen la pena y, sobre todo, la alegría. De los que
besan en la frente más que en la mejilla. De los que sin decir nada lo dicen
todo y, sin embargo, siempre tienen algo para decir. De los que te miran y
hacen que tiembles, aunque no haga frío.
Páginas
Mi nombre es Ruth, soy una adolescente con demasiado tiempo libre. Me encanta reír, dibujar, escribir, leer... y sobre todo vivir. Dicen que soy de pocas palabras, aunque yo diría que más bien será el corte que me da. O quizá sea que me abstraigo con facilidad en mis pensamientos. Puedo decir mucho con solo una mirada, un gesto o simplemente permaneciendo en silencio. De hecho, podría pasar horas y horas conmigo misma, dándole vueltas a la cabeza y conociéndome cada vez mejor. Considero que sé escuchar a los demás y espero que los demás vean lo mismo en mí, una persona atenta dispuesta a escucharte, a estar allí cuando más lo necesites. Como cualquier otro individuo comento errores, río cuando puedo, lloro cuando lo necesito y chillo cuando me cabrean. Intento hacer vibrar a los demás pero siempre a mi manera. No a todos les gusta que sea así pero qué le vamos a hacer si a mi me encanta. No me considero creída, pienso que en este mundo hay de todo y yo soy una más, pero para quererte a ti misma tienes que empezar por aceptar tus defectos. Yo, por ejemplo, admito que soy bastante cabezota y también algo egocéntrica pero sé detenerme, a la hora de la verdad siempre están los demás por delante. Vamos, que como habréis imaginado tan solo soy otra rareza más de este mundo ;)
sábado, 22 de marzo de 2014
miércoles, 19 de marzo de 2014
Ojalá fuese igual de fácil sacarte de mi mente como tú me has
sacado de tu lado. Ojalá pueda abrir la puerta que hay cerrada entre nosotros
porque, simplemente, haya un muro que no deje pasar los sentimientos. Esos
sentimientos. Porque, joder, se me sigue erizando la piel cuando veo que París
sigue teniendo su torre Eiffel y a mí me falta la mía.
martes, 18 de marzo de 2014
Te juro que tú, papá, eres el 19 de marzo más bonito que me ha dado la vida.
Hoy, debido al día que es, quiero escribir sobre una persona
a la que admiro. Hablo de mi padre.
No sé cuáles son realmente las palabras adecuadas para
mencionarlo porque, sinceramente, hace tiempo que se me quedaron cortas las
formas de agradecerle todo lo que me ha dado a lo largo de mis 18 años. Le debo
no solo la vida, sino la educación respetable que junto a mi madre ha sabido
darme. Además, me ha enseñado a valorar tanto las cosas como a las personas. Me
ha preparado para lo que supone salir fuera sin que el mundo te atropelle. No
quiero decir con esto que no haya pasado por malos momentos y no me hayan
jugado malas pasadas, no. Pero sí quiero decir que gracias a él he aprendido a
levantar la cabeza y volver a empezar de nuevo. De igual modo, me ha alentado
cuando mi fuerza empezaba a flaquear y me ha corregido en mis errores. En
conclusión, me ha obsequiado con su mejor patrimonio, ese que ni se compra ni
se vende por todo el oro del mundo. Por todo esto hoy soy quién soy y él ha
sido, es y será uno de los pilares fundamentales de mi vida. Gracias papá por
hacer que me sienta orgullosa de mí misma y sobre todo de vosotros. Feliz día,
te quiero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)