Una estrella más para el cielo.

Era una persona tranquila, bonachona, que disfrutaba con poco. Se conformaba con lo que tenía y disfrutaba viviendo. A veces, una persona difícil como podemos llegar a serlo todos pero sin maldad ninguna. Ha sido la alegría de cada reunión familiar, la sonrisa en cada rostro de los que le rodeaban, el entusiasmo y la fortaleza en sí mismo. Ha sido todo eso y mucho más. Y donde quiera que ahora esté, lo seguirá siendo. 

Hoy mi maquillaje está envuelto en lágrimas.

Estoy aquí, debatiéndome entre sacar fuerzas de donde ya no hay o dar lugar a la tristeza absoluta. Sin duda, sería mejor la primera, pero no siempre quedan ánimos suficientes. Dejas que todo te domine y terminas en la segunda opción, un desperdicio de opción por cierto

Y que todo siga su ritmo.

Quiero pensar que todo se rige en torno a rachas; las relaciones, las amistades, el éxito, la vida. Me gusta pensar así porque me da ánimos cuando algo no funciona. Cuando alguien desaparece sin más, sientes que todo se derrumba, nada merece la pena y tu vida empieza a perder el sentido que con mucho esfuerzo habías conseguido tener. Echas la mente atrás y recuerdas las palabras, las ilusiones, los momentos compartidos, los sueños, los abrazos, las lágrimas, las sonrisas, las carcajadas, los enfados, las canciones, la confianza, la felicidad, las locuras, las fotos, el tenerlo todo. Y de repente, sentir que ya no queda nada.

Quizá sea tarde, quizá los ciclos no existen y deba perder la esperanza. Quizá tantas cosas que prefiero pensar que las cosas vuelven a su sitio, que todo vuelve a ser como antes y nadie se pierde en el camino.

Como podéis ver, hoy he publicado dos entradas, será que estoy sentimental o no sé que es lo que será pero hoy solo me apetece escribir y soñar.

Cuando las cosas suceden, por algo será.

Creo en él. No sé si es algo bueno o algo malo, quizá ninguna de las dos. Pienso que todo está escrito, que las vueltas que des a las cosas acabaran de la forma en que tu vida esté marcada.

A veces, las parejas se separan y con el tiempo se reencuentran, de nuevo reviven ese amor que tenían. Su destino era estar juntos.

Otras veces, suceden cosas que de verdad te hacen plantearte si debes creer en el destino o no; una persona que pasa por una carretera todos los días y de repente, un día, la oscuridad. Se acaba todo. ¿Por qué? Porque por mucho que intentes borrar lo que está escrito, no va a desaparecer.

Llamadlo suerte, azar, casualidad o como queráis pero la cosa funciona así.

Federico Moccia vuelve a cautivarme.

Esta semana estoy demasiado bloqueada para escribir, no me salen las palabras. Eso sí, me he empezado "Carolina se enamora" de Federico Moccia y he de decir que a pesar de no parecerse a los otros, es realmente interesante. Sobre todo, por la gran cantidad de citas famosas famosas e interesantes que aparecen en él. Además creo que es un libro que puede dar valentía a todos esos soñadores como yo ;)

Aquí dejo una de las cosas que me ha llamado la atención, aunque seguramente publique algunas más.

"Como siempre digo, cada uno de nosotros se comporta como sabe, de nada sirve enojarse demasiado. Cada uno sigue su camino y su manera de vivir y, si bien a veces no nos sentimos en sintonía con alguien, no debemos juzgarlo. ¿Cómo podemos saber a ciencia cierta lo que piensan los demás?"

Y sin ganas también se sonríe.

No sabe como actuar pero tampoco le apetece pensarlo. Está aburrida de todo, cansada de no poder confiar en las personas, cansada de que las cosas no salen como quiere. Está harta de eso y de todo lo que calla. Sin embargo, aún le quedan fuerzas para sacar una sonrisa.