Mi nombre es Ruth, soy una adolescente con demasiado tiempo libre. Me encanta reír, dibujar, escribir, leer... y sobre todo vivir. Dicen que soy de pocas palabras, aunque yo diría que más bien será el corte que me da. O quizá sea que me abstraigo con facilidad en mis pensamientos. Puedo decir mucho con solo una mirada, un gesto o simplemente permaneciendo en silencio. De hecho, podría pasar horas y horas conmigo misma, dándole vueltas a la cabeza y conociéndome cada vez mejor. Considero que sé escuchar a los demás y espero que los demás vean lo mismo en mí, una persona atenta dispuesta a escucharte, a estar allí cuando más lo necesites. Como cualquier otro individuo comento errores, río cuando puedo, lloro cuando lo necesito y chillo cuando me cabrean. Intento hacer vibrar a los demás pero siempre a mi manera. No a todos les gusta que sea así pero qué le vamos a hacer si a mi me encanta. No me considero creída, pienso que en este mundo hay de todo y yo soy una más, pero para quererte a ti misma tienes que empezar por aceptar tus defectos. Yo, por ejemplo, admito que soy bastante cabezota y también algo egocéntrica pero sé detenerme, a la hora de la verdad siempre están los demás por delante. Vamos, que como habréis imaginado tan solo soy otra rareza más de este mundo ;)

sábado, 28 de enero de 2012

Por ese Hat Trick que ha logrado el rey león de San Mamés.

"De Bilbao de toda la vida"
El Athletic es el aitite y el nieto compartiendo bandera. El bocadillo de ama o la bufanda tejida por la abuela. La bota del vecino y el abrazo con el desconocido. La lluvia racheada, entrando por Ingenieros. La mujer que de niña soñó con calzar botas y la hija que lo logró. El último domingo compartido entre padre e hijo, sin saber que sería el último. El primer beso íntimo, rodeado de 80.000 ojos. El escudo al atardecer, al fondo de una calle de bares. El puro fumado por uno, pero compartido por todos. El grito desesperado, la emoción desbordada, la lágrima suelta. Y el placer de los placeres. El éxtasis. El rugido del león. El “A por ellos” y el “Beste bat” o el “Athleeeetic” con bufandas al viento. Los primeros cortos y rotundos. El segundo, arrastrado con sentimiento. Tal y como es la verdadera felicidad. Así es nuestro Club. De todos y de nadie. Tan singular en filosofía, como plural en seguidores. Tan respetado, como incomprendido. Hay equipos que hacen historia, el Athletic hace leyenda y todo, porque,un día indeterminado, en un acuerdo no escrito, decidimos seguir un peculiar camino. Donde otros veían el final, nosotros veíamos principios. Elegimos ser David cuando todos querían ser Goliat. A la utopía con la épica, pasando por Bilbao. En eso estábamos y aún estamos. Un acuerdo que se mantiene, pese a todo, entre millones de aficionados alejados en lo geográfico, lo político, lo cultural y lo social. Aquel día incierto, elegimos vencer menos pero ganar más. Y entendimos que el Athletic es una cuestión de familia. Lo del fútbol, créanme, es secundario.



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