Mi nombre es Ruth, soy una adolescente con demasiado tiempo libre. Me encanta reír, dibujar, escribir, leer... y sobre todo vivir. Dicen que soy de pocas palabras, aunque yo diría que más bien será el corte que me da. O quizá sea que me abstraigo con facilidad en mis pensamientos. Puedo decir mucho con solo una mirada, un gesto o simplemente permaneciendo en silencio. De hecho, podría pasar horas y horas conmigo misma, dándole vueltas a la cabeza y conociéndome cada vez mejor. Considero que sé escuchar a los demás y espero que los demás vean lo mismo en mí, una persona atenta dispuesta a escucharte, a estar allí cuando más lo necesites. Como cualquier otro individuo comento errores, río cuando puedo, lloro cuando lo necesito y chillo cuando me cabrean. Intento hacer vibrar a los demás pero siempre a mi manera. No a todos les gusta que sea así pero qué le vamos a hacer si a mi me encanta. No me considero creída, pienso que en este mundo hay de todo y yo soy una más, pero para quererte a ti misma tienes que empezar por aceptar tus defectos. Yo, por ejemplo, admito que soy bastante cabezota y también algo egocéntrica pero sé detenerme, a la hora de la verdad siempre están los demás por delante. Vamos, que como habréis imaginado tan solo soy otra rareza más de este mundo ;)

lunes, 30 de enero de 2012

Hacía tanto tiempo que no sonreía que hasta había olvidado lo bien que me sentía.


Y de repente el día se hizo gris, se fue. No volvió más, lo que si vinieron fueron mucho más días grises, días en los que nada era fácil, en los que las lágrimas dominaban mi cuerpo, días que es mejor no recordar. Pero como bien sabemos después de la tormenta siempre llega la calma y llegó. 
Llegó ese día en el que por fin salió el sol, en el que me decidí a sonreírle a la vida, a llenarme de valor y olvidar esos momentos difíciles, a salir a la calle a gritar, saltar y sobre todo a comerme el mundo como nunca antes lo había hecho.

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