Un cambio radical. Alzar las manos y sentir ligeramente que
puedes tocar el sol, reír creyendo que iluminas el mundo con tu sonrisa y, de
repente ¡ZAS! Despiertas y tu alma está abandonada, fría.
Una sola palabra puede darte vida y sin embargo, al
instante, un silencio que te quita las ganas, las sonrisas, las esperanzas.
Nada puede ser templado, NADA, pues las medias tintas no existen.
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