
Un par de tacones, cualquier vestido y la cara maquillada.
Pero no un maquillaje cualquiera, sino con uno del que tapa las ojeras y seca
las lágrimas, uno que deje esconder como en el fondo estás, del que hace que
olvides todo. ¿Qué importa si te has pasado llorando toda la noche? Con más
razón, ahora te toca sonreír. Has estado días encerrada contigo misma pensando
que ha podido pasar, no has encontrado ninguna respuesta y aún así has seguido
buscando. No las hay. Las cosas pasan sin razón alguna, es el destino quien
baraja las cartas. Pero si de verdad quieres cambiar las cosas… ¡juega! Juégatelo
todo a un sí o a un no, qué importa. Juégate todo a no pensar en nadie, solo en
ti. Juégatelo todo y con quien quieras, solo así serás feliz.