De pequeña me gustaba andar sobre zapatos de tacón
transparentes y utilizar collares de perlas. Era como una pequeña princesa. Siempre
tuve la ilusión del cuento de hadas con castillo incluido.
Con el tiempo me han ido revelando lo que se esconde tras
ese mundo rosa. He descubierto que la vida no se puede vivir como un cuento de
hadas. Aunque seas una princesa. Sigo utilizando zapatos de tacón pero no son
de cristal como los de Cenicienta.
Sin embargo, sigo teniendo la cama repleta de peluches, mi
habitación es color rosa y mis sueños también lo son. Es por ello que aún me
levanto cada día con ganas de luchar. Quizá no tenga un castillo pero las
princesas también pueden ser felices en otros sitios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario