A medida que pasan los años, a tu
alrededor falta cada vez más gente. Gente que quizá haya sido tan importante en
tu vida como para emocionarte con frecuencia. Gente con la que tal vez tengas
los mejores recuerdos de tu infancia. Gente que te hacía feliz. Gente que hoy,
día 2 de noviembre echas de menos no por ser este día, sino porque todos los
días es así.
¿Por qué? Me lo he preguntado tantas
veces. ¿Por qué ellos? ¿Por qué a nosotros?
¿Por qué? No hay vida sin muerte parece. Sin embargo, eso no responde a
mis preguntas ni calma el dolor.
Quizá parezca una tontería que
escriba todo esto pero de alguna forma siento que desde donde están pueden verme, entenderme y protegerme. ¿Qué
tontería verdad? Pues a mí, sinceramente, me ayuda a seguir. Al menos, es un
motivo por el que sacar fuerzas cuando lo necesito.
Por ellos, por los que un día
reían con nosotros y seguro que desde su nuevo lugar también nos sonríen. Por
los que cada noche a través de una estrella nos recuerdan que en nuestras vidas
sigue brillando su presencia. Por ellos, que son lo más grande.
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