Mi nombre es Ruth, soy una adolescente con demasiado tiempo libre. Me encanta reír, dibujar, escribir, leer... y sobre todo vivir. Dicen que soy de pocas palabras, aunque yo diría que más bien será el corte que me da. O quizá sea que me abstraigo con facilidad en mis pensamientos. Puedo decir mucho con solo una mirada, un gesto o simplemente permaneciendo en silencio. De hecho, podría pasar horas y horas conmigo misma, dándole vueltas a la cabeza y conociéndome cada vez mejor. Considero que sé escuchar a los demás y espero que los demás vean lo mismo en mí, una persona atenta dispuesta a escucharte, a estar allí cuando más lo necesites. Como cualquier otro individuo comento errores, río cuando puedo, lloro cuando lo necesito y chillo cuando me cabrean. Intento hacer vibrar a los demás pero siempre a mi manera. No a todos les gusta que sea así pero qué le vamos a hacer si a mi me encanta. No me considero creída, pienso que en este mundo hay de todo y yo soy una más, pero para quererte a ti misma tienes que empezar por aceptar tus defectos. Yo, por ejemplo, admito que soy bastante cabezota y también algo egocéntrica pero sé detenerme, a la hora de la verdad siempre están los demás por delante. Vamos, que como habréis imaginado tan solo soy otra rareza más de este mundo ;)

viernes, 2 de noviembre de 2012

Gracias por hacer que os eche tanto en falta.

Hoy quiero escribir algo un tanto especial. Se trata de un pequeño homenaje a los que por alguna razón ya no siguen en nuestro camino. Es difícil escribir sobre ellos. Se marcharon dejando un gran vacío en nuestras vidas y lo más importante, nuestros corazones. Se marcharon y nos dejaron con un nudo en la garganta y los ojos hinchados. Se marcharon.
A medida que pasan los años, a tu alrededor falta cada vez más gente. Gente que quizá haya sido tan importante en tu vida como para emocionarte con frecuencia. Gente con la que tal vez tengas los mejores recuerdos de tu infancia. Gente que te hacía feliz. Gente que hoy, día 2 de noviembre echas de menos no por ser este día, sino porque todos los días es así.
¿Por qué? Me lo he preguntado tantas veces. ¿Por qué ellos? ¿Por qué a nosotros?  ¿Por qué? No hay vida sin muerte parece. Sin embargo, eso no responde a mis preguntas ni calma el dolor.
Quizá parezca una tontería que escriba todo esto pero de alguna forma siento que desde donde están  pueden verme, entenderme y protegerme. ¿Qué tontería verdad? Pues a mí, sinceramente, me ayuda a seguir. Al menos, es un motivo por el que sacar fuerzas cuando lo necesito.
Por ellos, por los que un día reían con nosotros y seguro que desde su nuevo lugar también nos sonríen. Por los que cada noche a través de una estrella nos recuerdan que en nuestras vidas sigue brillando su presencia. Por ellos, que son lo más grande.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario