
Cerraste la puerta y dejaste el silencio del que acaba de
perder lo más valioso de su vida. EL vacío de aquel que creyó en el espejismo
de tenerlo todo. Pero ninguna calma es eterna y venga, joder, vamos a rompernos
un poquito más, como si mañana el maquillaje pudiese borrar hasta la cicatrices
de dentro. Y por qué no. Nosotros somos la autodestrucción, el dolor, el puto
iceberg del Titanic, la lágrima a punto de caer, el perro del hortelano, el
árbol que no florece, el niño que llora y la historia de siempre. Por ser,
hemos sido tantas cosas que hasta se nos olvidó guardar algunas, por si algún
día queríamos intentar ser algo y no encontrábamos más que el tronco sin raíz a
la que agarrarnos. Y no sé cómo pudimos pensar que esto saldría bien. Nosotros
nunca supimos hacer las cosas como aquel que espera algo bonito de la vida. Tú
eras el de las despedidas y yo, yo ni siquiera sabía empezar historias.
Hola guapa,leerte es alcanzar el reposo permanente..desfallecer entre tus brazos...leyéndote..
ResponderEliminarGracias..buen día...besos de champions..
Muchísimas gracias, me halaga que me sigas leyendo. Un placer.
ResponderEliminarBesos rojiblancos.